John Smith y el ‘imperialismo’



Todavía no tengo el nuevo libro de John Smith, Imperialism in the Twenty-First Century. Pero tengo la tesis doctoral en la cual se basa el libro (publicada en internet por Michael Roberts), y los fragmentos que ha publicado Monthly Review. De ahí que no puedo decir que esta breve reseña esté fundamentada como lo quiero, pero creo que la discusión es seria: creo que de esto depende el que el marxismo logre levantar la cabeza, o finalmente sucumbir como sucumben las lenguas muertas.


-         Se critica la confusión de precio y valor, pero se cae en la misma confusión

Yo sé que precio y masa de ganancia son conceptos distintos, pero se relacionan en algo más que magnitudes absolutas: el valor puede tener toda la relación que se quiera con el precio o su expresión monetaria (como lo quiere Moseley), pero son también fundamentalmente heterogéneos. Aún la MELT que expresa una determinada cantidad y calidad de fuerza de trabajo es radicalmente desigual dependiendo de las tasas de cambio de divisas que usemos como equivalente, o de la inflación específica de la economía de la que estemos hablando: una misma expresión monetaria en Estados Unidos significa cosas radicalmente distintas en Costa Rica en términos de su capacidad de control y relación con el capital. Smith plantea que General Electric demuestra su superioridad por la masa absoluta de ganancia que obtiene del mercado mundial (infinitamente superior, en efecto, a la de cualquier multinacional ‘emergente’), pero nunca se detiene a pensar en la proporción porcentual de valor de la ganancia con respecto al capital total (que sería la medida adecuada de tasa de ganancia y explotación del trabajo), algo ya demostrado hace mucho tiempo por Mandel al respecto de las empresas belgas en África o las holandesas en Indonesia, etc (en su Teoría económica marxista en dos volúmenes). En lugar de ver las cifras absolutas, debería estar planteando sus determinaciones relativas: se habla de salarios bajos en las ‘periferias’ y altos en los ‘centros’, pero, ¿acaso eso quiere decir que en los centros no se explota el trabajo porque la expresión monetaria del valor-trabajo es superior en términos absolutos en los ‘centros’ a la expresión monetaria de las ‘periferias’? ¿No es esto caer en la más burda confusión de precio y valor, tal y como lo critica Smith?

-         Desindustrialización e industrialización

Si Smith admite que las empresas multinacionales de los países ‘centrales’ están moviéndose desde sus naciones hasta las ‘periferias’, ¿por qué lo hacen? ¿No es esto ya una ruptura gigantesca con respecto a las teorías clásicas del ‘imperialismo’?: la división entre países “agrícolas” e “industriales” (tal y como lo dice Bujarín o Lenin) ya no existe. ¿No es necesario replantearse entonces las relaciones entre la industria y la agricultura? ¿No es infinitamente más importante el hecho de que las ‘periferias’ del mundo estén experimentando su propia industrialización, contrario a todos los pronósticos de las políticas marxistas sobre el colonialismo desde la época del propio Marx? ¿No son estas las preguntas que deberíamos estarnos preguntando? Smith se aferra (como lo hace el marxismo) en la superioridad de las naciones ‘centrales’ sobre las ‘periféricas’, reciclando la ‘teoría de los tres mundos’ nacida del liberalismo de Churchill o Sauvy, y consagrada por Stalin o Mao, que hacen del ‘imperialismo’ una teoría nacionalista-chovinista. Smith termina entonces confirmando lo contrario de lo que dice defender, y defendiendo algo que no existe.

-         El mismo Smith lo dice

Leemos aquí:

“High rates of flexibility and intensity of labor in the global South cast serious doubt on the notion that low southern wages reflect low southern productivity. When we consider wage differentials along with factors such as the conditions, duration, and intensity of labor, as well as the paucity of the “social wage,” it is irrefutable that higher rates of exploitation pertain in countries such as China, Bangladesh, and Mexico than in the United States, Spain, or Germany. To put this another way, Chinese, Bangladeshi, and Mexican workers receive in their wages a smaller portion of the wealth they have generated than do workers in the imperialist countries.”


Si hay una mayor tasa de explotación en las ‘periferias’, entonces la interpretación clásica del ‘imperialismo’ está obsoleta: desde Marx hasta Bujarín plantean que es la mayor productividad de los países ‘centrales’ con respecto a la tasa de ganancia media en el mercado mundial, lo que les permite apropiarse de superganancias. Esto se mezcla, contradictoriamente, con una tasa mayor de ganancia y explotación del trabajo en las ‘periferias’ debido a baja composición orgánica. Pero si ahora el propio Smith dice que no existe la ‘baja productividad en el sur’ y que es ‘irrefutable’ que hay una ‘mayor explotación del trabajo’ en dicho lugar, eso implica una reversión de precisamente todo sobre lo que se basa su trabajo: la Triada (Estados Unidos, Europa y Japón) pasa a seguir aumentando la composición orgánica a través de mejoramientos en la productividad del trabajo (la innovación continua del neo-capitalismo o capitalismo tardío) y a través de la reducción del precio del trabajo o de la proporción de capital variable frente al constante en general; mientras tanto, las ‘periferias’ parten de una composición orgánica en comparación mucho más baja, aumenta su productividad del trabajo, obtiene plusvalías absolutas, reduce el precio del trabajo, y encima de eso parte de una posición superior en el mercado de trabajo mundial: esto lo más probablees que haya causado una reversión precisamente como la cual menciona Smith: los países centrales ya no se benefician (relativamente) de la ecualización de la tasa de ganancia a lo largo y ancho del mercado mundial.

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