Notas sobre agricultura contemporánea de África y Latinoamérica
En Costa Rica, por ejemplo, el terrateniente que produce su propia tierra así como los arriendos, han descendido dramáticamente:
“Desde 1978 los servicios y la industria superaron a
la agricultura como porcentaje mayoritario del PIB, y en los años 80/90 la
industria manufacturera también superó a la agricultura dentro de las
exportaciones. El campesino que trabaja directamente su propia tierra ha bajado
por extensión desde el 84% al 61,9% (54% como persona física que trabaja
directamente su propiedad, 7,9% como mezcla de persona física y arrendamientos
o «esquilmo» -otro término para aparcería-). El campesino medio casi no lo hace
(solo trabajan directamente el 11%, cuando antes lo hacía el 89%), y tampoco
arrienda (arriendan solo el 11%), lo que quiere decir que explota mano de obra
asalariada (aún si se encarga él mismo del proceso productivo personalmente).
El campesino pequeño que trabaja su propia tierra, en cambio, ha aumentado del
66% al 84% (en parte por la disminución del campesino medio, no hay que
perderlo de vista). El campesino medio se ha aburguesado y el pequeño campesino
ha empeorado su situación (ha disminuido su posibilidad de arriendos, incluso
como forma mixta trabajando su propia tierra en conjunto con alquileres o
esquilmos, etc.). Lo que son propiamente latifundios, se han duplicado, pasando
del 0,1% al 2,3%, su nivel más alto en la historia del país. El campesino rico
o la gran agricultura representa el 4,6% del total de fincas del país, pero
acaparan una extensión de tierra del 60% del total. Por lo tanto, no solo la
agricultura costarricense ya era capitalista a través del predominio
latifundista, la renta en dinero, la monetización de la economía (la
comercialización de los excedentes en lugar de su consumo de subsistencia) y el
predominio del labrador asalariado (esto desde finales del siglo XIX), sino que
se intensifica el trabajo asalariado y la ruina del pequeño campesino con
tierra en pos del latifundismo. El auge del campesino medio se explica por el
auge en términos absolutos de la agricultura misma, que, aunque fue relegada
del PIB y de la apertura comercial en términos de valor, ha continuado
elevándose en términos absolutos. Este auge es paralelo y a costas de la ruina
del pequeño campesino que, también en dicho período, es cuando la migración
campo-ciudad hace que las zonas urbanas de costa rica tengan por primera vez
más habitantes que las zonas rurales (entre los años 80 y 90, si no me
equivoco). esto demuestra el carácter completamente capitalista y completamente
industrial de la agricultura costarricense, primero por su explotación del
trabajo asalariado, y después por el desarrollo de formas como el arrendamiento,
etc. se vuelve ridículo hablar de una agricultura ‘semi-feudal’.”
Pero
este proceso no sucede así en África, donde la cantidad de tierras de subsistencia
giran alrededor del orden de 72% al 92%, con una cantidad de terratenientes que
trabajan en su propia tierra de entre 20% y 6%, y de arriendo en general de
entre 25% y 7% aproximadamente.
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Lo que sí
comparten todas las regiones e informes más recientes, es el avance de la
agricultura por contrato, que debe ser matizada con la diferencia entre
agricultura familiar y la propiedad individual de la tierra en Latinoamérica,
aún dentro de ejidos o tierras ejidatarias. Estas últimas las cuales han pasado
por un proceso de apropiación individual, registro y titulación de la tierra,
donde se producen formas mixtas ya no colectivas tanto de arriendo como
arriendo inverso (el cual también es un fenómeno creciente en la agricultura de
todas estas regiones, al menos en cuanto a datos que abarquen las regiones continentales
y subcontinentales), así como de contratos de aparcería de distintos
porcentajes (50/50, 1/3 o ¼) de acuerdo al terrateniente que produce su propia
tierra a la par de compartirla con un aparcero (en esas distintas proporciones
de acuerdo al riesgo y costos, además de formas conjuntas o compartidas de
producción entre terrateniente y arrendatario), o contratos directamente con
pequeños propietarios de subsistencia. Así como el arriendo inverso donde la agroindustria
incluso multinacional, es arrendatario de pequeños y medianos propietarios
terratenientes, que no tienen cómo producir su tierra, y son ell@s los
explotados por sus arrendatarios multinacionales o agroindustriales.
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La agricultura
por contrato tiene la característica de que no otorga un salario, sino una
renta fija por el producto en especie, pero además, el productor directo no
comparte nada de la ganancia comercial, y segundo, no recibe una renta
diferencial II (es decir: renta en dinero tal cual como rentista). El 40% de la
agricultura por contrato y la Inversión Extranjera Directa agrícola está
dándose en la relación Sur-Sur, regiones del “Tercer Mundo” mutuamente.
- Tal y como existe un atraso entre la independencia latinoamericana y la africana o asiática, y así como este desfase se debe a las experiencias coloniales, del mismo modo evidentemente, el caso costarricense y el radio minifundio-latifundio de Suramérica tan comparable al de Europa, hablan de un desfase en este avance de la agricultura por contrato, que como decíamos, incluye no solo el contract farming tal cual, sino la aparcería por contrato, y formas mixtas de arriendo y arriendo inverso o compartido. Todo esto habla de una proletarización mundial de la agricultura, especialmente en África alrededor de la aparcería por contrato. La literatura reciente habla de una reducción de la aparcería, lo cual queda claro en la cantidad de tierras rentadas o arrendadas en general que vimos anteriormente, pero la característica no deja de ser importante por el paso de la aparecería al trabajo campesino asalariado y ya no en especie, que la aparcería permitiría con un ingreso fijo, en lugar de una porción del volumen de lo producido que sería variable con respecto a la variabilidad de las cosechas.
Costa Rica, Centroamérica |
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La productividad
no depende de la diferencia aparcería y arriendo exactamente, o solamente:
aunque es clara la diferencia en los datos, también se puede demostrar que es
por la intensidad de la explotación del trabajo, a través de la supervisión o
no, de dichos procesos de trabajo. Todas las pequeñas parcelas y propiedades de
Latinoamérica, tanto en Centroamérica como en Suramérica, tienen mayor
productividad o valor agregado por hectárea, las parcelas de 0-1 o de 1-2
hectáreas, lo que demuestra la crítica de Lenin frente a Kautsky, tanto en El desarrollo del capitalismo en Rusia,
como en los programas agrarios socialdemócratas, los textos agrícolas en
general. ¿Cuál es esta crítica? Que las parcelas, acres y hectáreas pequeñas
contienen mayor componente de trabajo, y por lo tanto, mayor extracción de
valor agregado y plusvalía, así como formas más complejas de división del
trabajo, tanto en la propiedad individual como la familiar (Chayanov). La
pequeña propiedad agrícola puede ser, entonces, incluso más industrial que la
gran propiedad latifundista, pequeña gran diferencia entre Kautsky y Lenin. Más
importante aún que Kautsky o Lenin, quiere decir que, por ejemplo, en el caso
de Costa Rica, se le arrebata una proporción mayor de valor y ganancia al
pequeño productor agropecuario.
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