John Smith y el ‘imperialismo’ (II)



Luego de leer el nuevo libro de Smith, y no simplemente sus tesis anteriores, puedo extender la crítica inicial en algunos puntos. Hay claras diferencias entre los textos anteriores y éste, lo que implica variar mucho el enfoque de las críticas:

-         Las tesis de Smith se basan fundamentalmente en los diferenciales en el precio del trabajo (salarios) entre Norte y Sur, y las superganancias en el mercado mundial. Pero el problema es que la ganancia extraordinaria o las superganancias se tienen que explicar por el proceso productivo o composición orgánica, y no simplemente por la competencia. Smith niega esto: dice que la transferencia de tecnologías o de inputs no es importante, sino el valor del trabajo entre ‘metrópolis’ y ‘periferias’. Pero él mismo admite que la mayoría de las exportaciones ‘periféricas’ están compuestas de productos industriales, y que la mayoría de la exportación industrial ‘periférica’ no es a través de empresas de la Tríada directamente, sino por empresas propias de los países ‘periféricos’. Más aún: una de las tesis más importantes de todo el libro de Smith es que la producción internacional se basa mucho más en el outsourcing que en la tercerización y el comercio interno a la propia empresa. Es decir: simultáneamente se afirma la desindustrialización e industrialización desde las ‘metrópolis’ hasta las ‘periferias’, y seguidamente se habla de cómo ese proceso no produce un dominio de las empresas de las ‘metrópolis’ sobre la producción industrial de los países ‘periféricos’, sino que la mayoría de la industrialización es incluso autóctona. Con esto, no solo se invierte la división internacional del trabajo entre países “industriales” y “agrícolas”, lo cual ya contradice las teorías clásicas del imperialismo, sino que incluso se reta la famosa “transferencia” de valor desde el Sur hacia el Norte debido a la “inversión extranjera directa” que repite el marxismo clasicista de hoy. Esto Smith demuestra que es falso: ni siquiera la inversión de portafolio es superior o dominante en las relaciones Norte-Sur, sino el outsourcing.

-         Las superganancias solo pueden existir en la medida de que el proceso productivo tenga mejor productividad del trabajo. Smith habla de cómo en el capitalismo anterior al neoliberalismo, el capitalismo de la Tríada funcionaba con procesos intensivos en capital, con la reducción del tiempo de trabajo necesario frente al excedente que permitía industria doméstica, y que además corría paralelo a la subida del empleo  y el salario del trabajador. Pero luego esta situación cambia en el neoliberalismo, sin que Smith explique en lo más mínimo cómo o porqué: el neoliberalismo se basa en la destrucción de la industria doméstica de las ‘metrópolis’ y la reducción del precio y la masa de trabajo (flexibilización y aumento del ejército de reserva a través del desempleo), etc. Nosotros avanzamos un intento de explicación de este proceso aquí(y que se fundamenta en lo elaborado aquí): hay un argumento de Smith que es necesario conjugar con nuestra interpretación, y se trata del hecho de que la mayor tasa de ganancia en las ‘periferias’ debido a una menor composición orgánica, al mismo tiempo implica un aumento del tiempo de trabajo necesario frente a excedente en la reproducción de los medios de consumo y supervivencia del trabajador del Sur. Eso quiere decir que en el Norte el aumento de la composición orgánica reduce la tasa de ganancia al mismo tiempo que reduce el trabajo necesario frente al excedente. Esto quiere decir que nuestra explicación basada en la reproducción ampliada tiene mayor asidero: la menor composición orgánica del Sur simplemente no podía ser atractiva más que en el contexto de la ‘larga caída’ de la tasa de ganancia que frena la reproducción ampliada de la Tríada, e inicia la posibilidad de desarrollo ‘periférico’.

-         Smith salta entre el proceso productivo y la competencia de acuerdo a sus propios intereses argumentativos: en la crítica del PIB y el valor agregado, habla acerca de la determinación del proceso productivo y la composición orgánica, además de la transformación del valor en precios, como explicación que supera al PIB (per cápita o no). Pero cuando se trata de la superganancia ahí el proceso productivo no importa, y se trata simplemente de la competencia en el mercado mundial basada especialmente en el precio del trabajo (lo cual es confundir el precio absoluto de los diferenciales de salarios entre Norte y Sur con su relación de valor: es imposible referirse a la cantidad absoluta de ganancias o de salarios para comparar la apropiación de ganancia o plusvalor, para lo cual solo se puede hablar de la productividad del trabajo y de la composición orgánica del proceso productivo). Su confusión es tal que incluso llega a admitir que el PIB que critica, es idéntico a la ganancia bruta de Marx: en efecto, la ganancia capitalista se caracteriza por confundir precio y valor, y lo hace a través de la identidad entre precios y ganancia (mientras que hay una heterogeneidad entre precios y plusvalor), por lo que el valor agregado que compone el PIB medido a través de la reducción del precio de costo de los inputs con respecto a la ganancia del producto final sí mide la ganancia (aunque no mida el plusvalor). Esto quiere decir que las estadísticas actuales que demuestran una superioridad del PIB en los BRICS en franca superioridad con respecto a las metrópolis, sí miden la ganancia de los países y regiones (por admisión del propio Smith), y por lo tanto, se convierten en la muestra más incontrovertible de la inversión de los patrones clásicos del imperio (tal y como lo planteábamos ya desde uno de nuestros primeros textos).

-         Por último, la división esquemática entre plusvalía absoluta, relativa y superganancias para el capitalismo de libre competencia, monopolista y actual es demasiado esquemático y burdo: ni siquiera el predominio de la integración horizontal en la libre competencia, o la vertical en el capitalismo monopolista, tienen una definición tan clara. Para llegar al punto de vista de Smith, habría que definir con precisión el carácter intensivo y extensivo de la explotación y productividad del trabajo durante todos esos períodos del capitalismo, las cuales no tienen demarcaciones claras en lo más mínimo del mismo modo que no la tienen ni la integración horizontal y vertical. Esto implica, ya de por sí, el relacionar las superganancias con la producción de plusvalía relativa y absoluta, del mismo modo que insistimos antes en la necesidad de analizar el proceso productivo y la composición orgánica para establecer el aprovechamiento o no de superganancias o ganancias extraordinarias. Pero esto implicaría destruir las etapas precisamente en el modo que lo quiere Smith, volviendo su empresa muy difícil de establecer seriamente.

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