Una rectificación: colonialismo, capital comercial e indigenismo desde nuestra interpretación de las periferias “tercermundistas”
- Si el diferencial de precios regional es alto, también lo será el diferencial de precios de productor-consumidor, pero si el diferencial de precios regional es bajo, es posible que el diferencial de precios de productor-consumidor sea mayor o menor, dependiendo de la cantidad de mediadores ya no solo espaciales, sino de valor. De ahí que un margen comercial menor pero centralizado y concentrado, sea mayor que un margen comercial mayor pero fragmentado entre múltiples intermediarios desconcentrados y descentralizados. Y un margen comercial mayor puede ser apropiado por un capital comercial centralizado y concentrado, en vez de un margen comercial mayor que a su vez está relacionado con un diferencial de precios regional mayor. Esto encierra la diferencia específica del colonialismo a través del capital comercial en el “Tercer Mundo”: en África no hay integración del diferencial de precios regional ni del diferencial de precios de productor-consumidor, en Asia hay un diferencial de precios regional menor pero con menos margen de ganancia comercial (está menos integrado en términos de diferencial de precios regional, pero mayormente integrado en términos de margen de ganancia comercial), y en Latinoamérica el diferencial de precios regional es todavía menor, y con menos margen comercial. Estas diferencias se deben a los tipos de colonización, y al hecho de que la colonización indirecta y directa son formas de subsunción formal y real del trabajo en el capital. Esto mismo demuestran los datos acerca de estas mismas variables, y debemos hacer una corrección acerca de nuestra lectura de esos datos: Asia tiene mayor margen comercial que Latinoamérica no porque tenga menor integración, sino que tiene mayor integración del diferencial de precios regional, pero están menos concentrados y centralizados, lo cual lleva a que esta mayor integración sea entre más intermediarios diferentes en términos de centralización, en comparación con Latinoamérica.
- ¿Cómo sucedió esto? Pues por los modos de acumulación enmarcados en modos de producción específicos. En Latinoamérica hay una integración del diferencial de precios regionales comparable a la de Asia, pero hay una mayor centralización y concentración de capitales comerciales, lo que hace que estos intermediarios comerciales sean de los mismos capitales, y por lo tanto, no aumenten el margen comercial. En cambio en Asia los lazos de integración del capital comercial se extienden tanto como en América Latina, pero con una fragmentación de la centralización (el comercio al por menor o al detalle es altamente fragmentado en términos de propiedad privada y centralización), y eso aumenta el margen comercial y reduce la concentración y centralización de ganancia comercial para los capitales principales del comercio asiático. Esto se debe fundamentalmente a la forma de colonización: en América Latina los intermediarios comerciales autóctonos son borrados del mapa, y en su lugar son instaurados nodos y centros comerciales locales y nacionales propios de capitales altamente concentrados y centralizados. En Asia hay variaciones como las del colonialismo holandés versus el colonialismo portugués: el colonialismo holandés tuvo una mayor integración y centralización, pero el portugués no; lo mismo podemos decir de las grandes diferencias de la India en comparación a otras regiones del Sur de Asia, etc.
- Otra forma de entender esta realidad es la siguiente: en América Latina no hay agricultura tributaria o ‘tax farming’. Esto se debe a que a pesar de que la corona controla la producción, y actúa como terrateniente general incluso de las mercedes reales y haciendas, ellos no recolectan una renta de la tierra a través de tasación excepto de las encomiendas. La tasación es casi exclusivamente ligada a las instituciones eclesiásticas, y no a los nobles ni mestizos (hasta el siglo XVII que se va a empezar una tendencia creciente a la tasación general y uniforme). Esto produce que la concentración y centralización de los capitales comerciales sea mayor en Latino América, evitando la fragmentación asiática o africana. En cambio en Asia las poblaciones indígenas autóctonas no son borradas con el genocidio, ni tampoco su producción agrícola basada en la familia extendida, relaciones de parentesco y tribales de villas y tribus, etc: esto produce que la integración comercial de los capitales comerciales europeos sea más lenta. Por último, en África, la integración es todavía casi nula, no solo porque tampoco hay un genocidio tan extenso como el amerindio, sino porque en lugar de una estrategia como la inglesa en India o la holandesa en sus colonias del pacífico, se reducen los costos de administración colonial directa en comparación con el negocio comercial. Esto hace que decaiga la inversión en infraestructura, en caminos y ferrocarriles, etc, en comparación con la colonización temprana de Asia. Es decir: África, al representar un período de colonización relativamente tardío, se inserta en el período de decadencia del imperio inglés y europeo en general por el desarrollo desigual y combinado del mercado mundial. Esa ausencia de tax farming en América Latina, así como la ausencia de agricultura por contrato o ‘contract farming’ contemporáneo, o la reducción de las poblaciones indígenas a unidades familiares de familias extendidas pero que no operan como mediadores entre la subsunción formal y real de sus procesos de trabajo en la acumulación del capital comercial (como sí lo hacen en África y Asia), es la gran diferencia con respecto a la situación indígena del resto del mundo, y se deben todas a esta misma razón fundamental. Como decíamos aquí: “India o Filipinas tienen márgenes comerciales mucho más bajos que África u Oriente Medio, pero el comercio al detalle predomina sobre el por mayor, y se concentra entre los propietarios mismos de tierras en las villas (‘comerciantes al detalle tradicionales’). En cambio, regiones como Indonesia o Malasia (que también tienen márgenes comerciales mucho más bajos que Oriente Medio y África) muy pocos de los propios terratenientes de las villas se dedican al comercio, a pesar de que el comercio al detalle tiene una proporción mucho mayor dentro de la totalidad del comercio (especialmente en Indonesia).” Y esto también explica lo que decíamos también en ese mismo texto: “Esto coincide con la predominancia del arriendo sobre la aparcería en los primeros países en comparación con los segundos: la necesidad del pago de renta fija en dinero obliga a la comercialización de excedente, en oposición a la simple entrega de renta variable o fija equivalente en producto, pero esto también implica que la agricultura comunal de las villas puede integrarse perfectamente en el capitalismo sin elevar el margen comercial; en Filipinas o Tailandia lo hace a través de un predominio de la parcela sobre el latifundio, pero que permite la monetización de la economía agrícola, y en Malasia o Indonesia con el predominio de la gran propiedad basada en la aparcería y el trabajo asalariado.” Esta contradicción se agudiza en África: hay menos extensión de los capitales comerciales europeos en la colonización africana (menos inversión, menos integración etc), lo cual permite una mayor existencia de intermediarios comerciales, pero esto al mismo tiempo, produce una desmonetización debido a la caída de la productividad agrícola y comercial misma. Como también existe un predominio de la parcela sobre el latifundio estatal o privado (sea plantación o cualquiera otro ‘outgrowing scheme’ y sus variantes y gradaciones en la relación entre estado colonial y capitales comerciales privados) entonces tienen mayor fragmentación del diferencial de precios regional en conjunto con una mayor fragmentación y diferencial de precios de productor-consumidor (es decir, un mayor margen comercial). Esto también explica porqué la media del tamaño promedio en hectáreas es superior en Suramérica o comparable a Europa, y al mismo tiempo, tienen una mayor cantidad de parcelas de pequeña propiedad de la tierra que Europa: pueden tener un margen comercial comparable al de Europa, como lo vimos acerca del Brasil, pero no tienen la concentración y centralización (el diferencial de precios regional) equivalente a la de Europa. De este modo un margen comercial menor es apropiado por un capital más altamente concentrado y centralizado en Europa que en Suramérica, a pesar de las dimensiones de los latifundios suramericanos (contra Kautsky).
- Esto también explica las paradojas demasiado comunes que se encuentran en África o Asia sobre la agricultura y las reformas agrarias fallidas dentro del Pan-africanismo o Pan-arabismo, etc.: paradojas como la reducción continua del tamaño de las pequeñas parcelas y las pequeñas propiedades en Asia, contrario a cualquier tendencia secular lineal-positivista o modernización, y también la superioridad de las formas consuetudinarias tradicionales indígenas y tribales de producción agraria y tenencia de la tierra y división del trabajo, contra la propiedad individual moderna supuestamente superior de la tierra. Esto sucede debido a los argumentos de Lenin contra Kautsky: las pequeñas parcelas y las pequeñas propiedades pueden tener y de hecho tienen un componente de trabajo mayor que los grandes latifundios, lo que las hace aún más industriales y capitalistas que los grandes latifundios con trabajadores campesinos asalariados de diferentes tipos. Además, la división del trabajo es más compleja, no es individual sino que se basa en la familia extendida y las relaciones de parentesco más allá incluso de las familias extendidas y en relaciones tribales, etc. Básicamente es un grado intermedio de agricultura o ganadería extensiva. Asia promovió la tenencia y el arrendamiento, produciendo una mayor monetización de la economía a expensas de convertir a todos, desde las aldeas hasta los líderes tribales y los propietarios individuales en verdaderos inquilinos explotados del colonialismo, pero en África se vio la opción opuesta: los pequeños propietarios retuvieron su propiedad, solo para promover la aparcería y las rentas en especie en lugar de la monetización, una mayor fragmentación y una falta de productividad comparativa y relativa a Asia. Todo ello con gradaciones demográficas y de parentesco que contribuyen a enormes gradaciones en términos económicos dentro de Asia (entre Oriente Medio y el Sudeste Asiático, o entre el Mahgreb y África subsahariana, o entre Guatemala y Costa Rica en la propia Centroamérica, etc.).
- Nuestra tesis es que la integración comercial ya sea 1) medida a través de diferenciales de precios regionales o diferenciales de precios de productor-consumidor o, comúnmente también conocidos como diferenciales de precios-al-salir-de-la-granja y precios del consumidor final en el mercado, o 2) establecida a partir de la historia de la integración comercial del colonialismo en términos de colonización indirecta o directa, permiten medir o describir el grado de subsunción formal y real específico del modo de producción capitalista en los países subdesarrollados del “Tercer Mundo”. Básicamente, la diferencia entre colonización indirecta de empresas comerciales, y su paso hacia la administración directa de la administración pública y taxativa o de la integración comercial interna de las colonias, es idéntica al paso desde la subsunción formal hacia la subsunción real del trabajo en el capital del sector comercial sobre las economías agrícolas de las colonias del “Tercer Mundo”. La expansión de los tentáculos del capital comercial sobre las colonias “tercermundistas”, ya sea a través del paso de la colonización indirecta a la directa, y el paso del colonialismo al neocolonialismo, son el proceso expansivo de integración del capital comercial sobre la totalidad de la economía, y son al mismo tiempo, la expansión progresiva y gradual que va desde una subsunción formal hacia una subsunción real. De ahí que la integración comercial no sea simplemente del comercio, sino de la subsunción formal y real de la agricultura dentro del modo de producción capitalista en estos países principalmente agrícolas, del mismo modo que los diferenciales de precios no miden simplemente un margen comercial, sino también la productividad comercial y ciertos rasgos de la productividad agrícola.
- Recordemos que el capital comercial es clave para entender la penetración del capitalismo en el “Tercer Mundo”, ya que ésta no se da a través de la acumulación primitiva ni la industrialización, sino que se da basada en la segunda vía no-revolucionaria del capítulo XX del tomo III. A diferencia del paso desde la artesanía, la manufactura y la industria, y la formación de un proceso creciente de revolución ‘por abajo’, aquí es el capital comercial el que se adueña de la producción de sociedades esencialmente agrícolas ‘por arriba’, sustituyendo el rol de la industria e impidiendo la formación de un mercado interno industrial (es decir, instaurando el subdesarrollo), a través de la mediación del comercio sobre las materias primas y medios de producción de los productores directos y la subsecuente venta y comercialización de sus productos, etc, tratando las colonias como un punto de paso de importación y exportación, en lugar de sociedades con mercados internos desarrollados. En lugar de una industria con producción de materias primas y medios de producción, así como bienes de consumo duradero, etc, que son intercambiados libremente en un mercado interno indiferentemente de su valor de uso y como simples valores de cambio, etc, en las sociedades “tercermundistas”el colonialismo ‘por arriba’ impone la transición hacia el capitalismo, mediando materias primas, medios de producción o crédito para la producción agrícola y al mismo tiempo encargándose de la comercialización y exportación de su producción primaria.
- Más aún, el proceso por el cual el capital comercial expande y acrecienta sus tentáculos como mediador de la producción mayoritariamente agrícola de sus colonias, es el mismo proceso a través del cual el capital comercial pasa de la colonización indirecta hacia la directa: ya sea pasando de la simple comercialización de mercancías y de las importaciones y exportaciones entre colonias y potencias, a encargarse de los cobros taxativos, de la administración política y jurídica, además de la integración comercial (ferroviaria, comunicativa, etc) que permitiera su papel de mediador entre la producción agrícola y la acumulación capitalista. De ahí que la colonización africana o asiática no empezara inmediatamente con la administración de las funciones del estado por parte del estado inglés, francés o belga, etc, sino más bien con la entrada gradual de empresas y corporaciones comerciales que fueron, paso a paso, penetrando las economías coloniales, para solo posteriormente adueñarse de la administración político-jurídica local. E incluso el paso hacia la colonización directa tampoco la realizan los estados europeos directamente al inicio, sino las propias empresas y corporaciones comerciales, las cuales pasan de simplemente comerciar mercancías, a financiar la integración comercial y la construcción de las instituciones administrativo-políticas.
- Este proceso histórico enorme es, al mismo tiempo, el mismo proceso a través del cual el capital comercial pasa de la simple compra-venta de excedentes agrícolas como importador y exportador, a la creciente mediación de materias primas y medios de producción de los procesos de trabajo agrícolas. Es por lo tanto, el mismo proceso de paso desde la subsunción formal hacia la subsunción real respectivamente: el crecimiento de las responsabilidades de integración comercial y de funciones administrativo-políticas por parte de las corporaciones comerciales, es el paso desde la simple venta de excedentes a través de una plusvalía y renta de la tierra absolutas, hacia la producción de plusvalías relativas y rentas diferenciales a través de la mediación del proceso productivo interno del sector agrícola, tal y como lo plantea Marx en ese capítulo XX del tomo III alrededor del “sistema colonial” del mercado mundial.