Sobre la filosofía en Marx IV: de nuevo, sobre estructuras y agregados


 

 

  1. Recordemos que el individualismo metodológico es kantiano (Hayek), no empirista ni pragmático ni atomista. Más bien es lo contrario del atomismo, ya que gracias a su kantismo, la fundamentación del individualismo dice que hablar del individuo, es lo mismo que hablar de los demás individuos universales, ya que todos los individuos son como un gran individuo general, que es el sujeto epistemológico kantiano. De ahí que el individualismo no es atomista, sino la negación del atomismo y el nominalismo. En el individualismo metodológico no existen ni siquiera patrones colectivos y agregados, es la negación de la agregación, y la postulación de un individuo que, es idéntico a todos los demás universalmente, precisamente por su anti-atomismo. También sería apropiado recordar que ya el individualismo metodológico no fundamenta solo microeconomía, sino también macroeconomía, incluso neokeynesiana. En ella, los individuos actúan de acuerdo a sistemas o estructuras, no empirismo ni atomismo, y en ellas todos los individuos actúan del mismo modo de acuerdo a ergodicidad o parámetros, que actúan precisamente al modo de una estructura. El estructuralismo en este momento tiene un boom en las ciencias exactas, tal y como el enfoque de sistemas. Lo cual quiere decir que se está saliendo de la micrología o el enfoque micro, hacia el enfoque estructural. Este enfoque sistémico, que reivindica precisamente al estructuralismo y la noción de estructura, además de ser el mainstream del neoclasicismo burgués actual, es dominante más allá de la economía, lo que quiere decir que la ciencia no es particularista ni disciplinaria solamente, sino que pasa a nociones estructurales, sin cambiar su apología al neoclasicismo de oferta y demanda, etc. El dictamen del marxismo de lugares comunes, es que la ciencia mainstream actual es positivista y empírica o pragmática, cuando en realidad es formalista. El individualismo metodológico, entonces, como fundamento reduccionista de un enfoque estructural y sistémico.

 

  1. Los autores críticos de la noción de agregado siempre escriben “simple agregado”, en comparación con conceptos como el de estructura. Tienen la noción de que agregado es reunir partes, pero sin relacionarlas. Pero las estructuras son más simplistas que los agregados. Las estructuras llegan a todos lados homogéneas, los agregados son los que tienen relaciones complejas, no son uniformes, chocan entre sí, se mueven, cambian de relación, etc. Además, así como las partes no pueden explicar el todo, el todo no puede determinar absolutamente todo lo que le sucede o lo que son sus partes tampoco. No se trata además de una dicotomía entre partes individuales y estructura general, sino que en la ciencia las partes también son agregados o estructuras, que afectan a otras partes agregadas de la “estructura”, como una dicotomía no entre átomos o mónadas, sino entre grupos diferentes de átomos o mónadas, por decirlo así. Por ejemplo en biología, no solo un alelo X produce un efecto Y, sino que la cantidad de alelos X produciendo ese efecto Y, también produce efectos distintos Z, dependiendo de su cantidad, no producen el mismo resultado solo por ser el mismo alelo, sino que aunque sean alelos iguales, su agregación y la forma de su agregación en términos de su volumen o cantidad, producen resultados causales Z simultáneamente con Y. Por ejemplo, los cambios en bases químicas de alelos y genes, a pesar de ser el mismo alelo produciendo la misma encima o carbohidrato, etc, ya que la cantidad total de ese elemento en el todo, cambia las bases químicas, a pesar de ser el mismo alelo que produce Y. Asimismo, si ese mismo agregado se relaciona con otros agregados A, los efectos de A y el volumen agregado de A afectaría también los efectos del agregado X. Entonces hay causas y efectos entre agregados o sub-agregados que forman parte de un agregado mayor que es la totalidad de agregados (es por esta razón, que el todo no es solo mayor a las partes, sino cualitativamente diferente, en lo cual tiene razón el estructuralismo). El hecho de que un conjunto de las partes de una “estructura” produzca un efecto Y, pero al mismo tiempo los efectos Z, y que no tengan homogeneidad a lo largo de la totalidad, quiere decir que para establecer relaciones y determinaciones “estructurales”, es necesario hablar de partes que tienen causas y consecuencias heterogéneas entre sí, y que no necesariamente conectan a todas las cosas que forman parte del todo, sino que solo afectan a unas u otras, con resultados Z completamente diferentes, a pesar de que todos esos alelos causen el efecto Y. No es solo que la estructura tendría subestructuras, sino que esas subestructuras escaparían al dictum homogenizante y simplista de “El todo determina las partes”, ya que son causas y efectos que no están conectados entre sí con absolutamente todos los elementos de una estructura, sino solo con algunos, y de distintos modos, aun siendo la misma parte individual. Es decir, como parte del funcionamiento estructural, habría un funcionamiento que no es “del todo hacia las partes” solamente, sino también de un todo agregado de sub-agregados que se relacionan entre sí no-de-modo-total, sino entre sub-totalidades en conflicto con las demás, que afectan a las demás recíprocamente, etc.

 

  1. Además, las relaciones en un agregado son móviles en lugar de estáticas, ya que para moverse la estructura necesitaría desconectarse de la estructura. La noción de estructura lo que provoca es que si una parte individual está conectada con otras partes, esta conexión es fija. No puede romperse. ¿Porqué? Porque entonces no existiría la relación estructural. Habría que hablar de partes que se relacionan con otras, y de repente dejan de hacerlo, pero para relacionarse con otras, cambiando, moviéndose, etc. Es decir, se necesitaría que las partes no estén conectadas, precisamente para conectarse con más partes. O sea, la noción de agregados permite más conexiones “estructurales”, no menos; no busca que dejen de existir las relaciones “estructurales”, sino que existan más conexiones “estructurales” que las que el estructuralismo mismo puede ofrecer. Digamos que sería una sobreestructuralidad, no una negación de relaciones “estructurales”. Y definitivamente, serían relaciones más complejas que una conexión fija que no se puede desconectar ni desestructurar, como modo de sobreestructurarse, si se nos permite decirlo de este modo. Lo mismo sucedió siempre con la antropología funcional-estructural y con la sociología. De ahí que surgiera la sociología del conflicto (Wright Mills, Tilly, etc) o Radcliffe Brown hablando de disfunción en lugar de solo funcionalismo, porque si solo existiera la estructura o el funcionalismo, no habría movimiento. Es decir, es necesaria la desconexión, no para ir en contra de la “estructuralidad”, sino como parte de la “estructuralidad” misma.

 

  1. La estructura también tiene el problema de ser realista en vez de nominalista. La estructura es como una sustancia, un ser general. Pero los seres generales no existen. Sí existe la generalidad y la universalidad, pero no existen como una gran cosa general, sino como agregados de particulares que forman un todo general y universal más allá de sus partes, y distinto de sus partes, pero con partes en vez de sustancia. Esto es lo que significa en Hegel singularidad, y es la razón por la que totalidad y universalidad no son lo mismo. Por eso la tesis de Marx es atomista, y además el nominalismo y el empirismo son la vía de entrada al materialismo, en palabras de Marx.

 

  1. Lenin es el que inaugura el empiriocriticismo en el marxismo, pero no hay crítica frente al empiriocriticismo en Marx y Engels. Del mismo modo, el empirismo es considerado por Marx y Engels como no solo el primer materialismo, y la vía de entrada al materialismo mismo, sino que es una tendencia anti-idealista. La división entre idealismo subjetivo y objetivo no existe en Marx, sino en el stalinismo. De ahí que tendencias que son colocadas como idealistas subjetivas, en realidad para Marx son anti-idealistas. Del mismo modo, recordemos que la lectura filosófica de Lenin es muy diferente a la de Marx, y que los Cuadernos filosóficos de Trotsky son más cercanos a la lectura de Marx, que los de Lenin (todo esto en el contexto del desconocimiento de los Manuscritos de 1844, que no habían sido publicados en la época de esos marxistas rusos). En algunas ediciones de los Manuscritos de 1844 (por alguna razón sospechosa, en algunas ediciones no viene este último capítulo…) el capítulo final es una filosofía explícita escrita por Marx, más allá de su tesis doctoral. Ahí plantea la forma aristotélica como aparente frente a su materia que sería la esencial, al revés de Hegel. En cambio en Lenin la forma aristotélica es el sitio o locus de la esencia, no de la apariencia. Marx también plantea lo real como un sensible-real que es esencia frente a la forma aristotélica, coincidiendo con Locke y el nominalismo tanto en los Manuscritos de 1844 como en La Sagrada Familia, y coincidiendo con su interés en el atomismo de Epicuro y Demócrito en su tesis doctoral, y no en el realismo aristotélico ni platónico. La discusión entre Epicuro y Demócrito entonces no es solo acerca de admitir un concepto o una forma además de la determinación empírica, y establecer que hay tanto forma como materia, en un sentido aristotélico. Sino que Marx sí plantea que en la relación entre forma y materia, la forma es aparente, y es la materia la esencial. Esto quiere decir que no es suficiente negar al neoplatonismo afirmando que la forma tiene que co-existir con la materia. Sino que para Marx, o en el caso de Marx, además de admitir una materia al lado de la forma, es necesario plantear esa materia real como la esencia, y la forma ideal o conceptual como aparente, como extrañamiento, y como enajenación. Es decir, precisamente la crítica del empirismo.


  2. 6 – El marxismo ontológico y filosófico acusa al marxismo científico y empirista, de ser historicista; es decir: de desdeñar en cierto modo, el aspecto lógico, estructural, sistemático y categorial, del proyecto de Marx a la hora de entender el capitalismo. El marxismo científico es historicista porque caería también en el atomismo y una suerte de ‘diletancia’, en oposición a la estructura o el sistema lógico de categorías. La comunidad marxista aquí repite la palabra “positivismo” como una especie de particularismo subjetivista posmoderno y pragmático. Pero no solo esto no es positivismo tampoco, sino que son los argumentos del neoclasicismo burgués mismo contra Marx y contra el historicismo en el Methodenstreit. Tanto Carl Menger, como Böhm-Bawerk, como Hayek y Von Mises posteriormente, es decir, la escuela clásica austríaca de la oferta y demanda mismas del neoclasicismo burgués, sobre el cual se fundamenta hoy en día tanto el libertarianismo como el anarcocapitalismo, se basa precisamente en la negación de la verificación material, empírica y cósica de sus matemáticas: más bien plantean la unión entre la matemática y la física, sin necesidad alguna de verificación empírica ni histórica. Unas décadas más tarde, esto servirá para la crítica de Lucas, que permite la sofisticación de modelos matemáticos a un nivel de formalismo tal, que no permite las métricas estadísticas ni la medición en ninguna forma. Para el marxismo ontológico y filosófico, así como sus defensores estructurales, sistemáticos y lógicos, el capitalismo no existe ni siquiera más allá de la percepción, sino que es un objeto abstracto trascendental, un verdadero objeto trascendental del entendimiento, y ni siquiera un fenómeno; lo fáctico, lo material, lo cósico, o lo estadístico-cuantitativo, lo empíricamente verificable, etc, es superado por una deducción lógico-sistemática sin materia: en lugar de una investigación, lo que hay es una deducción a priori; en lugar de una fenomenología aunque sea hegeliana, es un neo-kantismo, tal y como el ethos del neoclasicismo y la escuela de Austria precisamente frente al historicismo hegeliano: el debate sobre el método entre historicismo y austríacos, es precisamente ese, postular una forma kantiana que determine el conocimiento científico, en lugar de recabar mediciones empíricas que sustenten el conocimiento en la realidad, ya sea estadística, ya sea modelos contrastados con la realidad. Del mismo modo que los austriacos como Hayek o Von Mises no son positivistas ni atomistas del individualismo metodológico, sino que el individualismo metodológico bebe y proviene del kantismo y de la neutralidad entre individuo y universalidad. El individualismo metodológico no proviene de rechazar lo social y lo universal en Hayek, sino que proviene del kantismo: un yo general, compuesto de muchos yo individuales, que son todos idénticos al yo general, y que por lo tanto, analizar microeconómicamente al individuo es lo mismo que analizar lo social. De aquí proviene la ideología randiana y thatcheriana, no del "positivismo" "pragmático".

 

 

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