África, Latinoamérica, Asia: sobre lo investigado
Podemos decir que el decurso trazado en este texto, se presenta también en el resto de África y Asia, y no solo en Centroamérica, sino en Latinoamérica en general. ¿Cuál es exactamente ese decurso? El paso del capitalismo monopolista al capitalismo tardío: el paso de las políticas de sustitución de importaciones por los planes de ajuste estructural. Pero esta lectura es todavía demasiado “política” o incluso “periodística”. En realidad lo que se esconde en el fondo son procesos de subsunción formal y real del trabajo en el capital: la sustitución de importaciones fue un intento de producir una subsunción real en el modo clásico de las potencias del capitalismo. Este intento fue frustrado. Pero no fue frustrado porque entonces no avanzara ni penetrara el capitalismo, sino al contrario: el fracaso de la industrialización del Tercer Mundo en la mayoría del siglo XX o en la mayoría de las ‘periferias’ neocoloniales del Tercer Mundo, se debe al éxito y la penetración real del capitalismo en esa región. Más aún: es uno de los procesos más importantes en la comprensión del vuelco de la democracia (sea el liberalismo republicano occidental o las vertientes modernistas y liberales asiáticas o africanas), y la incorporación de toda la clase burguesa y pequeño-burguesa del Tercer Mundo ya no solo bajo la esfera de influencia del capital financiero, sino del multinacional (diferencia que hay que hacer imperativamente).
Pero el tema es tan enorme, y la cobertura del mercado mundial o del mercado tercermundista sigue siendo tan amplio, que se vuelve necesario delimitarlo: no podemos hacer una historia del siglo XX del Tercer Mundo, ni tampoco podemos trazar todas las eventualidades a través de las cuales se dio este giro desde el decolonialismo y el Pan-Africanismo o el Pan-Arabismo y los nacionalismo burgueses latinoamericanos que llevaron a cabo la sustitución de importaciones, sin mencionar que se tratan, en el fondo, de procesos de penetración del capital, o de procesos de subsunción formal y real del trabajo en el capital. Por ejemplo, notamos que en el período reciente de programas de ajuste estructural tanto en Asia, como en África como en Latinoamérica, se da el proceso de la llamada “revolución del supermercado” que, básicamente, además de aspectos demográficos como la urbanización o la interrelación con las multinacionales, tiene que ver con la subsunción formal y real. Pero este proceso no empieza con supermercados, ni con la industrialización incipiente de las industrias africanas, asiáticas o latinoamericanas en la segunda mitad del siglo XX. La agricultura se vuelve el terreno primigenio de subsunción capitalista en las periferias del mundo, y se vuelve así en conjunción con el capital comercial. Podemos casi iniciar por el final de nuestro trabajo: la vía II no-revolucionaria del capítulo XX del tomo III de El capital es tan importante para entender el proceso de penetración del capital en la mayoría del planeta, o en las periferias del Tercer Mundo, que es posible entenderla como la obstrucción misma a la acumulación originaria clásica y a la industrialización de tipo clásica propia de las potencias del mundo.
Esto cambia totalmente la forma en que se entiende la historia del siglo XX, donde desde Hobsbawm hasta cualquier otro recuento de dicho período, la penetración del capitalismo parece emerger de Inglaterra hacia el resto del mundo, de modo inacabado e imperfecto, dejando la gran mayoría de las periferias del globo sin ser penetradas todavía por el capital, o en un estado imperfecto de penetración del capital. No son naciones o sociedades capitalistas, sino que están siendo rodeadas por los intentos “imperialistas” de apropiarse de esas economías, etc. Es una mistificación absurda e infantil. En realidad, la historia del siglo XX es la de una penetración del capitalismo que obstruye por sí misma el desarrollo de mercados internos y, con ello, el desarrollo de la industria capitalista misma. Por lo que la vía del capital comercial, o aquella donde el capital comercial es el dominante sobre la productividad, se convierte ya no solo en una vía ‘atrofiada’ o con ‘errores’ o ‘inconclusa’ (‘semi-feudal’, ‘pre-capitalista’, etc), sino el otro rostro del capitalismo que no tiene nada que ver con la industria (probablemente en el mismo modo en que Marx subestima la industria y el futuro de la industrialización de las economías capitalistas, que más bien han pasado a convertirse en sociedades de servicios).
Esto nos lleva entonces a insistir en el hecho de que la acumulación originaria debe ser desechada como tesis de comprensión de la aparición o penetración del capitalismo no solo históricamente, y no solo en las periferias, sino en el sistema capitalista mismo en su funcionamiento lógico y concreto. Es decir: no podemos esperar el despojo de tierras, la aparición de la mano de obra libre en cantidades cualitativamente mayores, y la venta y compra de fuerza de trabajo, etc, como las únicas características no solo de penetración o aparición histórica misma del capitalismo, sino tan siquiera de lo que es el capitalismo mismo por sí mismo como sistema. Este cuestionamiento es todavía más alto, y se alinea con la crítica postcolonial o aquella de Meiksins Wood en el sentido del historicismo teleológico: se alinea con todo el desarrollo de nuestro trabajo que demuestra que según la vía II no-revolucionaria del capítulo XX del tomo III, existe toda otra vía o vertiente de desarrollo del capitalismo que no tiene nada que ver con la acumulación originaria inglesa. Se alinea entonces con la importancia del capital comercial que desarrolla actualmente Banaji, o que desarrolló Takahashi, y que tiene que ver con las formas en las que el capital comercial puede producir formas de subsunción formales y reales; y en el caso de nuestro trabajo ya avanzado (iniciado aquí): de cómo en efecto existen grados intermedios de subsunción formal y real presentes en el capitalismo periférico o tercermundista. La labor de análisis es tan grande que por ahora podemos hacer solo un esbozo esquemático de las necesidades investigativas y analíticas que se tendrían que desarrollar para tan siquiera taclear el tema de, ahora sí, llegar al período tardío y reciente del capitalismo en África, Asia y Latinoamérica y su comprensión (como lo planteábamos aquí):
- El que África, Asia y Latinoamérica compartan el mismo paso de los modelos de sustitución de importaciones hacia los planes de ajuste estructural, se explica por la misma razón que comparten la industrialización incipiente a través de multinacionales de la internacionalización de la división del trabajo (Lipietz), o que comparten el llamado fenómeno de la “revolución del supermercado” en el sector comercial y agrícola, o que pasan de los intentos nacionalistas (Pan-Africanos, Pan-Árabes, Latinoamericanistas, etc) de desarrollo de la industria autóctona, y se pasa al neoliberalismo abierto, la privatización y el aumento de las tasas de explotación del trabajo propias del neoliberalismo, etc (la época del toyotismo de Lipietz). Es decir: el Tercer Mundo comparte toda esta historia por una misma razón: la continua marcha y avance de la penetración capitalista no obstaculizada en ningún modo (como lo reza el dependentismo y todas sus ramificaciones como la teoría de sistemas-mundo, etc), sino al contrario: completamente desenvuelta, tanto desde la independencia latinoamericana, como desde la colonia asiática o africana, hasta el decolonialismo y los movimientos anti-coloniales independentistas africanos y asiáticos del siglo XX. La obstrucción al desarrollo industrial no es una obstrucción del "desarrollo que produce subdesarrollo" como rezaba Gunder Frank, sino de las características propias de la vía II no-revolucionaria del capítulo XX del tomo III: tiene como característica precisamente la obstaculización del desarrollo de la industria. Lo que vemos en las periferias y en la dependencia misma, no es la obstaculización del capitalismo, sino la obstaculización de la variante industrial, la obstaculización de la acumulación originaria. Marx señala esta precisamente como la característica de la apropiación del capital comercial sobre la productividad: el impedimento del desarrollo de un 'tercer estado'. La vía II no-revolucionaria del capital comercial se convierte en otra vía hacia el capitalismo, distinta del despojo de tierras característico del esbozo histórico del tomo I (y sobre el cual se han concentrado todos los marxistas).
- Este proceso es el de una subsunción formal y real del trabajo y el capital que inicia con la agricultura, y que se da fundamentalmente ‘desde arriba’, o en otros términos (como lo decía Tony Clyff), sin un ‘tercer estado’ burgués. Es decir, que no se da el proceso de despojo de tierras tan difundido en la acumulación primitiva europea, tampoco se da la creación de una masa de trabajadores urbanos (o de urbanidad en general al mismo nivel) que pueda sostener una industrialización, y no se da propiamente la creación de manufacturas e industrias que salten hacia el desarrollo del capitalismo clásico inglés o europeo. Aquí es importante hacer la aclaración de que si nuestros primeros textos de colonialismo y periferias daban la impresión de que en Latinoamérica, África y Asia solo se da la pequeña propiedad de la tierra, esto es equivocado: una cosa es el predominio de la pequeña propiedad agrícola, y otra el que sea la única forma exclusiva. En Latinoamérica esta fragmentación se da en el modo de mercedes reales y los vestigios indigenistas de las encomiendas coloniales; en África y Asia la pequeña propiedad originaria lo que quiere decir es relaciones tribales y consuetudinarias de familias extendidas como propietarias de la tierra de acuerdo a diferentes patrones de herencia y relaciones filiales o de parentesco. Pero esto no es lo único que existe, aunque sea la forma dominante. Existe también la gran tierra o latifundio completamente moderno y capitalista, incluso en el sentido de la acumulación originaria inglesa. ¿Cuál es la diferencia? Que esos grandes latifundios tienen un radio con respecto a minifundios mucho menor que el de Europa (y en el caso de Suramérica ni siquiera esto, ya que en dicha región es comparable el radio al de los europeos). Pero más allá de estas proporciones y sus consecuencias (fragmentación, división del trabajo diversa, vestigios de relaciones económicas antiguas mezcladas con las capitalistas, etc), existen fincas privadas o del estado individuales desarrolladas para la explotación de mano de obra completamente libre de vender su fuerza de trabajo, asalariada y que en ningún modo padece ninguna servidumbre.
- Ese trasfondo histórico y de funcionamiento lógico del capital en las periferias (o en el resto del mundo o mercado mundial, deberíamos decir…), es el que explica la historia compartida por Latinoamérica, África y Asia: a partir de la comprensión de esa subsunción formal y real inicial por parte del capital sobre el terreno agrícola, en vez del paso de la artesanía a la manufactura y luego a la industria con un ‘tercer estado’ burgués o pre-burgués (como fue el caso europeo), es la diferencia precisamente del capítulo XX del tomo III: entre el desarrollo ‘por abajo’ y que impone el capitalismo por vía revolucionaria, y el desarrollo ‘por arriba’ (ya sean los independentistas latinoamericanos, los pan-africanistas o los líderes de los Tigres Asiáticos, etc) donde la subsunción la opera el capital comercial. Porque si estamos hablando de que no hubo despojo de tierras, no hubo creación de una cuantiosa mano de obra libre de vender su fuerza de trabajo en las mismas cantidades que en Europa, y no se impuso la propiedad privada individual en el campo, esto es precisamente por el hecho de ser el capital comercial y no el industrial el que tomó la batuta de la penetración del capital. Si bien hablamos del tema agrícola y campesino, en realidad estamos hablando desde ya de la forma usuraria y comercial que Marx mencionaba como las formas originarias y embrionarias, tanto histórica como lógicamente (la ley del valor), en la aparición del capitalismo: el capital financiero y el comercial. Esa formación de latifundios con mano de obra libre y asalariada, como decimos, no es producida por el absolutismo que despoja de feudos como en la acumulación originaria inglesa que tanto fascina a los marxistas clásicos, no: es una formación de latifundios privados o estatales individuales que va de la mano del acaparamiento del capital comercial sobre la productividad total del sistema capitalista en las ‘periferias’.
- Esto a su vez explica el porque la industria tiene un carácter no solo extranjero o multinacional en las periferias, sino el porque el mercado interno de los países del Tercer Mundo tan siquiera funciona de un modo en el que no puede existir la industrialización. Explica la historia de intentos de industrialización que se dieron en Asia, África y Latinoamérica, y explica el cómo en cierto modo sí hubo una industrialización de las periferias (Lipietz), solo que no en el modo que los teóricos de la sustitución de importaciones pensaban, lo cual llevó al cambio de paradigma y el inicio del neoliberalismo, los planes de ajustes estructurales y privatizaciones, etc. No es por una “conspiración” de los “imperialistas” que buscan doblegar las economías ‘periféricas’, ni tampoco se trata de la tesis dependentista de que “el desarrollo crea el subdesarrollo”, no: se trata de que el capital comercial tiene acaparado o encerrado dentro de su dinámica de tal modo a la productividad del trabajo, que se vuelve imposible una industrialización que no sea la efectuada dentro del esquema de ese capitalismo donde domina el capital comercial, y no el capital industrial. Esto a su vez explicará el porqué de los grados de subsunción formal y real del trabajo agrícola en primer lugar, y de toda forma de trabajo en general (incluida la propia industria), con las características propias ya del período del capitalismo tardío: la multinacional que industrializa México o Brasil, los Tigres Asiáticos o Sudáfrica y demás países africanos con asentamientos de colonos permanentes, y en Oriente Medio las petroleras occidentales, etc. En cierto modo, hay que dejar de ver el capitalismo solo desde su ámbito industrial, y afrontar la realidad de que este capitalismo comercial y esta otra forma de subsunción formal y real es el capitalismo.