Costa Rica y el mundo
Lo que se perdió en la transición de los últimos dos o tres trimestres.
Acumulación
óptima a lo largo y ancho de toda la macroeconomía internacional y
multinacional.
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Repreciación del tipo de cambio nominal y nunca
el real, debido a la necesidad de comprender la
correspondencia y ya no simple correlación entre el tipo de cambio nominal
y el supuesto tipo de cambio real, que no es de adecuación a la inflación, sino
que intervienen otras variables especialmente multilaterales que no tienen correspondencia
alguna, y ni siquiera correlación alguna, con ningún tipo de fluctuación real
del tipo de cambio o de la inflación.
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Offset para el sector exportador a lo largo y
ancho de toda la macroeconomía. No simplemente el mismo sectorialmente, sino
literalmente macroeconómico: es decir, un tipo de cambio para la exportación en
general y otro completamente distinto para la importación.
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Intereses tienen la posibilidad de bajarse en
proporción exacta al offset mismo del aumento del PIB nacional, del PIB mundial,
y de la tasa y masa de ganancia como valor-agregado bruto o incluso como
revenues (sin que sean para nada la misma medida –cuidado máximo con no
convertir nada de esto en índices-). La subida del PIB permitiría reducir los
intereses, y esto también mutuamente, ya que la repreciación afecta el interés,
claro, pero hacia la baja. La misma proporción porcentual de un PIB más alto,
abre un margen de maniobra para todos aquellos que sean socios internacionales
y multinacionales de este hub llamado Costa Rica y su mercado interno.
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Perdón de los arriendos, lo cual beneficiaría la
renta de la tierra para el terrateniente en ausencia o ausente, que es la
mayoría de la economía (al menos en Costa Rica), pero con el mismo efecto en
distintas proporciones, ya que hablamos de propiedad de la tierra, de renta de
la tierra, y de ganancia agrícola, y no del trabajo arrendatario, ni de la
aparecería, ni de sus variantes alrededor de la jornada como el jornal, el
peonaje, ni los distintos tipos de alocación del trabajo mismo con respecto a
distintos tipos de tierra, etc. Recordemos además que no vivimos una coyuntura
de ruralización, ni de aumento de la importancia del sector agrícola, sino de
la urbanización radical misma del campo y de las zonas rurales, especialmente en
sentido comercial, convirtiéndolas en puntos de paso para ellos y ellas mismas
como habitantes de las regiones afuera de las urbes citadinas. Las elecciones y
movimientos populares, no solo en Costa Rica, sino en el resto del mundo, son
fundamentalmetne campesinos (revoluciones de color de inicios del siglo XXI,
Primavera Árabe, etc).
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Agricultura extensiva a través de subsidios, y
no crédito, en la medida de lo posible. Subsidios que pueden provenir de la
inversión privada misma. Por ejemplo el caso del arroz en Costa Rica: el
CONARROZ ya es una instancia público-privada, que no debe ser superada por los
supermercados y sus cadenas. Pero sí deben emular las proporciones de
integración comercial, y las proporciones de inversión a través de agricultura
por contratos, que aprovechen esa misma integración; todo esto con el fin de
emular los encadenamientos productivos agropecuarios, con los mismos márgenes
de los sectores de supermercados (cosa que desean los mismos productores
directos, según los últimos informes de la FAO). Una cosa es el subsidio del
estado, cuya función misma debe estar supeditada a la productividad, y otra
cosa es entenderla simplemente como una forma de inversión e innovación, que es
lo que hay que emular precisamente del sector o del circuito de supermercados
mismo, los cuales tienen mayor capacidad de integración.
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Los socios internacionales y multinacionales de
nuestro hub o mercado interno llamado Costa Rica, deben lo antes posible,
considerar la posibilidad de apoyar multinacionalmente el mercado interno mismo
a través de estos puntos, a través de la unión público-privada estricta entre
ambos sectores (público y privado, valga la redundancia), con joint ventures,
mejoramiento de los términos de intercambio para el agro y las zonas rurales
con relación a la industria, protección de la agricultura, y fomento de la
importación ahí sí, de materias primas y de la totalidad del sector
manufacturero e industrial, a través de aglomeración y la ruptura de las zonas
francas, pero siempre y cuando se den todas estas otras condiciones antes
descritas. Si este paso previo, no se
da, la aglomeración va a significar la total entrega del ingreso primario, y
del ingreso y retorno por inversión extranjera directa de los propios
inversionistas del país costarricense en el exterior (que son mayores, como ya
lo vimos antes), y esto pondría en jaque sus propias pretensiones de abrir los
fondos soberanos, de pensiones y de seguros a accionistas individuales o
colectivos privados, como ya lo ha anunciado CADEXCO como una de sus
prioridades. Hay que tener mucho cuidado con que estas precondiciones estén
completamente establecidas en la ley y en las variables macroeconómicas, antes
de cualquier tipo de agregación, para el éxito mismo de esa agregación. De este
modo el mercado interno lograría soberanía alimentaria, lograría rescatar la
caída del PIB que está sucediendo en el mundo, y cuya único resultado va a ser
el empobrecimiento mayor de la demanda agregada misma.
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Si la totalidad de estos puntos vuelve a estar en
funcionamiento, o llega a estarlo tan siquiera, como pre-condición de
posibilidad misma, la demanda agregada (tal y como la actual solicitud de
aumento de arriba del 6% para los salarios), hace subir aún más la tasa y la
masa de ganancia, de lo que ya lo haría por sí sola. Razón por la cual, este
aumento de 6% nos pone ya adelante en términos de superar la caída del PIB
mencionada en nuestra entrada anterior, y la posibilidad de un aumento nominal
de salarios, y no simplemente un aumento del salario real. Es decir, un aumento
que beneficia tanto a los trabajadores, como a los intereses del empresariado
que ha tomado esta heroica decisión. Pone a la región centroamericana en la
misma situación que ya vive desde hace años y meses la economía mexicana, el hub
más importante que le ha ganado los contratos incluso de todas las
multinacionales, incluso al propio este de Asia y los Tigres Asiáticos mismos
(alcanzando niveles brasileños, al fin); todo esto con crecimiento del salario
real primero (baja del tipo de cambio, por ejemplo, tal y como se está dando ya
en el país –precondición cumplida en ese respecto), y con aumentos del salario
nominal de arriba del 8%. Centroamérica y Costa Rica no se pueden quedar atrás,
ni deben permitir que nada los detenga, en interés de todos los socios,
economías y ciudadanos del mundo.
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Esto permitiría un aumento de los retornos
multilaterales de todos los hubs-países conectados alrededor de todo el
planeta, en múltiples direcciones, y sin que existan ni siquiera ningún tipo
centro oligopólico-multinacional. El proceso de diferenciación de clase, no es
solo un proceso de diferenciación entre tres clases supuestas (la supuesta
burguesía, pequeña burguesía, y proletariado): es una diferenciación a lo
interno de ellas, que les impide continuar su ascenso, entrar en descenso, o
ascender aún más, dependiendo de muchas más posiciones que simplemente
múltiplos de 3, especialmente si tomamos en consideración la entropía y la
multiplicidad de focos de inversión y retorno, y ahora mucho más, si tomamos en
cuenta la variable de la productividad (ya sea por output por trabajador –lo
cual ya tiene su propia medida temporal-, output por hora, o cualquier otro
acercamiento más preciso de la productividad).